Itinerario Espiritual con San Luis María de Montfort
 
P. Pablo E. García D. - P. Pío Suárez B.
  
Consagrados a Jesucristo por María,
Madre de Jesús y Madre de la Iglesia
   
Nº 11

 

PRESENTACION GENERAL

Los escritos y vida del P. de Montfort, "Guía y Maestro" espiritual nos proponen todo un itinerario en pos de Jesús. Tanto más significativo cuanto que va a lo fundamental y tanto más eficaz cuanto que se hace con María, la "mujer siempre fiel a Dios y a los hombres" (ASE 222) Y siempre fidelísima colaboradora del Espíritu Santo para realizar las grandes obras de la gracia (VD 34ss).

Por llegar hasta lo fundamental, este itinerario parte del encuentro con Jesús-Sabiduría en el bautismo, compromiso básico de todo cristiano, nos recuerda la consagración hecha entonces al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo (ver Mt 28,19), para el tiempo y la eternidad (VD 121ss), y pasa ahora más explícitamente por el Corazón de quien ha sido la primera discípula de Jesús y el paradigma viviente de la Iglesia del Señor. Ella "abrazando la voluntad salvífica de Dios con generoso corazón y sin impedimento de pecado se consagró totalmente a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo al misterio de la Redención con él y bajo él..." (LG 56).

Al consagramos a Jesús por María, queremos seguir ese camino: aceptando y

recibiendo a María del corazón y de los labios de Jesús, para caminar con ella a un encuentro más íntimo con el Señor, a fin de seguir avanzando hasta la plena madurez de Jesucristo en la tierra ya la gloria del cielo.

Después de haber puesto en tus manos, hermano querido, los textos más significativos del itinerario espiritual propuesto por el P. de Montfort, queremos ahora:

l. presentar un esquema de preparación a la consagración total a Cristo-Sabiduría del Padre por medio de la Virgen María;

II. ofrecer algunas oraciones sugeridas por el P. de Montfort para acompañar la etapa de preparación a dicha consagración;

Apéndice: en tomo a la metodología de la Lectio divina y las letanías en honor de san Luis María

I. PREPARAR LA CONSAGRACION

INTRODUCCION - ¿ QUÉ ES CONSAGRACIÓN

A) LA CONSAGRACIÓN A LA LUZ DEL VATICANO II

1. La Consagración sólo se entiende a partir de Cristo pues, de manera eminente, Él es el consagrado y enviado por el Padre (LG 28). El es el modelo de toda consagración, tanto de la antigua como de la nueva alianza. En él está consagrado todo el pueblo de Dios.

Jesús vivió su consagración:
- como dependencia del Padre;
- como entrega total a su voluntad;
- por Amor.

En él está consagrado todo el pueblo de Dios, por el agua (la regeneración) y la unión del Espíritu Santo (LG 10). En efecto, mediante el bautismo, Jesús comparte con cada cristiano su vida de consagrado al Padre y de enviado por El.

De manera que los laicos están dedicados y consagrados a Cristo y por él al Padre, gracias al Espíritu Santo (LG 34).

2. Los religiosos, por su parte, están consagrados a Dios y a su servicio de manera muy especial, es decir, siguiendo e imitando, con mayor libertad, a Cristo obediente, pobre y virgen (PC 1). De aquí que la íntima consagración a Dios sea la base de la vida religiosa (AG 18).

La consagración es una donación total de sí mismo a Dios. Es un vivir para Dios (PC 5); un dejarlo todo por Amor a Cristo. De manera que la profesión de los consejos evangélicos constituye un signo de la consagración a Dios en Jesucristo por la fuerza del Espíritu Santo (LG 44).

B) ALIANZA y CONSAGRACIÓN

¿ Qué es la alianza?
3. Para los Israelitas, la alianza constituyó el punto de partida de la consagración. En toda alianza hay dos partes. Las dos hacen propuestas y las dos aceptan los términos de la alianza.

Es así como Dios propone a Israel:
- ser su Dios;
y le pide:
- ir por sus caminos y escuchar su voz.

Israel lo acepta por su Dios y promete ir por sus caminos, escuchar su voz. Por su parte, Israel propone a Dios:
- ser su propiedad, su pueblo, su nación santa;
- y le pide que lo haga partícipe de su santidad, es decir, que lo consagre.

Dios acepta. Hoy te manda el Señor, tu Dios, que cumplas estos mandatos y decretos. Guárdalos y cúmplelos con todo el corazón y con toda el alma.
Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone: Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y decretos y escucharás su voz. Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le propones: Que serás su propio pueblo... que guardarás todos sus preceptos. que él te elevará en gloria, nombre y esplendor por encima de todas las naciones... y que serás un pueblo consagrado al Señor tu Dios, como él te lo ha dicho (Dt 26,16-19).

4. Dios acepta a Israel como propiedad suya y le promete elevarIo a su propia esfera de santidad, consagrarIo. Si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos... Seréis para mí una nación consagrada... Todo el pueblo a una respondió diciendo: Haremos todo cuanto ha dicho el Señor (Ex 19,5-8).

Desde ese momento Israel se convierte en pueblo consagrado a Dios, pueblo de Dios. Tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios. El te eligió para que fueras entre todos los pueblos de la tierra el pueblo de su propiedad (Dt 7,6).

Elementos

5. La Consagración implica una vinculación, una separación y una exclusividad, pues, por su misma naturaleza, constituye una acción que...
" Vincula, une a una persona (tiempo, lugar u objeto) a Dios, en forma exclusiva. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró (Gn 2,3).
" Separa, libera de una situación o vinculación anterior, poniendo aparte;
" Reserva para el servicio exclusivo de Dios.

C) DIOS ES QUIÉN CONSAGRA

6. La consagración es iniciativa de Dios. Sólo él elige, llama, invita. El pone su marca, sus condiciones; eleva, coloca en su esfera de santidad. Sólo él salva, santifica, es decir, hace santo, comunica su santidad, hace que algo sea sagrado, consagra.

Dios invita: Antes de formarte en el vientre,
- te escogí,
antes de salir del seno materno,
- te consagré y te nombré profeta de los paganos...
- a donde yo te envíe irás;
- lo que yo te mande, dirás.
No les tengas miedo que
- yo estaré contigo para librarte...
- Yo pongo mis palabras en tu boca,
- hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, destruir y demoler, edificar y plantar (Jr 1,10).

San Pablo nos recuerda que Dios nos eligió con Cristo antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos, por el amor (Ef 1,4).

El hombre responde

7. Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, lo hizo capaz de conocer y amar, y lo dotó de libertad, es decir, de la capacidad de aceptar o rechazar su llamada, su propuesta. El espera de parte de su criatura una respuesta positiva, una aceptación. Quiere que el hombre sea su colaborador en la obra de su propia salvación y la de sus hermanos.

Si quieren obedecerme y guardar mi alianza, serán mi propiedad... Serán un pueblo consagrado... Todo el pueblo a una respondió: Haremos cuanto dice el Señor (Ex 19,5-8).

La respuesta, la aceptación libre de la elección, del llamado a consagrarse, a dedicarse a Dios por parte del hombre supone:
- una renuncia a otras posibilidades;
- una adhesión-dedicación libre y exclusiva a Dios: ser la propiedad de Dios;
- y una motivación: por amor.

D) LOS CRISTIANOS, PUEBLO CONSAGRADO

8. Ya desde el comienzo, la Iglesia ha sido consciente de estar vinculada con el pueblo elegido y de ser heredera de las divinas promesas, y por ende de ser pueblo consagrado por Dios y a Dios.

Es así como el apóstol Pablo dirigiéndose a los cristianos de Roma los llama consagrados y les dice: a ustedes los predilectos de Dios llamados y consagrados les deseo el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor, Jesús Mesías (Rm 1,7; 1Co 1,2).. El mismo se considera consagrado (Ef3,8).

9. Insiste Pablo en que la consagración al Señor implica una novedad de vida:
- Lo que antes era levadura vieja se toma masa nueva ¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa?
Hagan buena limpieza de la levadura del pasado para ser una masa nueva... Porque Cristo, nuestro cordero pascual, ya fue inmolado; ahora, a celebrar la fiesta, pero no con levadura del pasado, no con levadura que es maldad y perversidad sino con panes sin levadura, que son candor y autenticidad (1 Co 5,7-8).

10. - Lo que antes era hombre viejo es ahora hombre nuevo. Donde hay un cristiano hay humanidad nueva; lo viejo ha pasado; miren, existe algo nuevo. Y todo eso es obra de Dios... (2Co 5,17s). La novedad de vida que trae consigo la consagración a Dios lleva a un despojo y a un revestimiento. Despójense del hombre viejo con sus obras y revístanse del hombre nuevo... Revístanse, pues, como elegidos de Dios, consagrados y predilectos, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad; sencillez, tolerancia... (Col 3,10-14).

11. Esa novedad produce un paso de muerte a resurrección. Al bautizamos vinculándonos al Mesías, nos bautizaron vinculándonos a su muerte. Aquella inmersión que nos vinculaba con su muerte nos sepultó con él, para que así como Cristo fue resucitado de la muerte... también nosotros empezáramos una vida nueva... su resurrección (Rm 6,3ss). Así que, en nuestra calidad de creyentes, de seguidores de Cristo constituimos un pueblo consagrado; lo que implica un cambio de vida: vida consagrada, consecuencia de una donación total.

E) EL BAUTISMO, BASE DE TODA CONSAGRACIÓN

12. El bautismo constituye una alianza entre Dios y el bautizado, entre éste y el Señor, que introduce al cristiano en la esfera de Dios, participándole la vida divina. Por el bautismo, el creyente:

" renuncia a cuanto lo esclaviza y ata al pecado;
" se entrega al Resucitado, su único Señor;
" se compromete con Jesucristo y por él con el Padre y el Espíritu Santo;
" hace del Evangelio su libro de vida en el seguimiento de Jesús.

De manera que el bautismo se constituye en la consagración fundamental por la que el cristiano llega a ser hijo del Padre, hermano y coheredero de Cristo, morada del Espíritu Santo, templo consagrado a la Sma. Trinidad.

13. Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos para consagrarlos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enséñenles a guardar todo lo que les mandé (Mt 28, 19s).

Por el bautismo, el bautizado acepta a Jesucristo y su Evangelio y se compromete por el tiempo y la eternidad, es decir, se trata de una consagración total.

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí... El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí (Mt 10,37s; ver LG 44: Por el bautismo -el cristiano- había muerto al pecado y queda consagrado a Dios).

F) CRISTO y MARÍA, MODELOS DE CONSAGRACIÓN

14. Cristo y María aparecen, en este contexto, como los perfectos modelos de consagración.

Cristo es el consagrado del Padre para realizar la obra maravillosa de nuestra salvación. Al entrar en el mundo, dice: Sacrificios y ofrendas no los quisiste, en vez de eso me has dado un cuerpo a mí; holocaustos y víctimas expiatorias no te agradan; entonces dije: Aquí estoy... para realizar tu designio, Dios mío... Por esa voluntad hemos quedado consagrados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesús (Hb )0,4.,10).

El es en sí mismo el Santo de Dios (Mc 1,24). Con amor, acepta y ratifica este hecho: Por ellos me consagro, para que queden consagrados con la verdad(J.n17,19)..

15. Por designios insondables de Dios, María llevó en su corazón y en su seno al Santo, al Consagrado (Lc 1,35) y lo dio al mundo. Dios la adornó con todos los dones y gracias haciéndola llena de gracia. El Hijo la asoció, la consagró a su obra salvadora. El Espíritu Santo la santificó y la liberó de toda mancha, haciéndola nueva criatura. Por su sí generoso a los designios de Dios: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra (Lc 1,38), ella fue constituida Madre de Jesús, el Salvador, el Consagrado. y se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y obra de su Hijo (LG 56).

Por voluntad de Dios, María tiene un puesto y un oficio definidos en la Iglesia. Ella es Madre de la Iglesia y por ende de cada uno de los bautizados -los consagrados-; Madre nuestra, en el orden de la gracia (LG 61). Y siéndolo, María comienza a ejercer su función de Madre, respecto de cada cristiano, desde el momento del bautismo.

Así como en la Encarnación el Verbo se consagró al Padre, gracias al SÍ de María, de igual manera, en el bautismo, consagración inicial del cristiano, el bautizado se consagra a Dios, también por medio de María. Es así como la consagración mariana es renovación de la consagración bautismal.

16. A este propósito, el Papa Juan Pablo II, en su encíclica La Madre del Redentor, nos recomienda como testigo y maestro de la espiritualidad de consagración a Jesucristo por medio de María a san Luis María Grignion de Montfort, cuando dice: "Me es grato recordar, entre otros testigos y maestros de la espiritualidad mariana, la figura de san Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Jesucristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente los compromisos del Bautismo" (Nº 48).

Y es que el Santo Padre Juan Pablo II es un ferviente admirador del Padre de Montfort, en él se ha inspirado y vive la esclavitud mariana. "¡San Luis María de Montfort! He estudiado su doctrina y lo quiero mucho. El Totus Tuus lo he tomado de Montfort" (Audiencia 27.11.79).

El 13 de octubre de 2000, en Roma, en una audiencia con los participantes a un congreso sobre la espiritualidad de san Luis María de Montort, el Santo Padre dijo: "Repitiéndole a diario Totus tuus y viviendo en sintonía con ella (con María), se puede llegar a la experiencia del Padre mediante la confianza y el amor sin límites (cf ib., 169 Y 215), a la docilidad al Espíritu Santo (cf ib.., 258) ya la transformación de sí según la imagen de Cristo (cf ib., 218-221)". Todo esto nos manifiesta cómo el camino de renuncia y entrega que nos propone san Luis María, es un camino que hace posible escalar las más altas cimas de la unión mística y de la transfiguración en Cristo.

17. Él, san Luis María de Montfort, nos dice que la plenitud de nuestra perfección consiste en ser conformes, vivir unidos y consagrados a Jesucristo (VD 120).

Que por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo... podemos tributar al Padre, en unión con el Espíritu Santo todo honor y gloria y hacemos perfectos y ser buen olor de vida eterna para nuestro prójimo (VD 61). Que la más perfecta de las devociones es, sin duda, la que nos asemeja, une y consagra más perfectamente a Jesucristo... La que mejor nos consagra y asemeja a Jesucristo es la devoción a su Santísima Madre. Y cuanto más te consagres a María, tanto más te unirás a Jesucristo (VD 120).

18. Que esta devoción consiste en una entrega total a la Santísima Virgen, para pertenecer totalmente a Jesucristo por medio de Ella.

Que, por medio de esta consagración:
" renuevas los compromisos bautismales
" renuncias a Satanás, a sus seducciones y a sus obras;
" entregas y consagras a Jesucristo, por medio de María, el cuerpo y el alma; los bienes interiores y exteriores y hasta el mérito de las buenas acciones pasadas, presentes y futuras, dejándole pleno poder de disponer de ti mismo y de cuanto te pertenece para la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad (ver VD 121-122 y Fórmula de consagración).